Biografía del Dr. Arturo Oñativia

Un salteño que honró a su provincia como Médico, Docente, Investigador, Político, Hacedor de obras trascendentes, de acrisolada honradez y transparencia, reconocido por amigos  y adversarios. Su personalidad multifacética se destacó en los campos que le tocó actuar dejando la impronta que lo caracterizaba.
EL Dr. Arturo Oñativia, nació en Salta el 16 de Abril en 1914, cursó sus estudios primarios y secundarios en nuestra ciudad, egresando del Bachiller del Colegio Nacional de Salta en el año 1932.
Cursó sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires, obteniendo el título de Doctor en Medicina en el año 1940, con la calificación de sobresaliente. Su tesis versó sobre: “Estudio Clínico del Síndrome Adiposo Genital”
Fue médico concurrente en el Servicio de Clínica Médica del Profesor Dr. José W. Tobías, en la sala VII del Hospital Torcuato de Alvear y luego Médico Asistente desde 1941 a 1943. Concurrió posteriormente a la sección Endocrinología del Instituto de Semiología Dr. Gregorio Aráoz Alfaro, en el Hospital Nacional de Clínicas.
En 1942 ganó un concurso de título y antecedentes para cubrir el cargo de médico Asistente en la especialidad de Endocrinología en la sala XVII del Hospital Rivadavia, bajo la jefatura del Profesor Dr. Enrique del Castillo. En este servicio llegó a Jefe de Clínica. Para completar su especialización realizó cursos de post-grado bajo la dirección del mismo docente.
Durante su permanencia en Buenos Aires, ejerció la medicina privada en la Clínica Marini, en la especialidad Endocrinología y Nutrición, donde fue jefe de Clínica.
Como Médico Clínico se destacó por su capacidad de observación, el examen prolijo del paciente y su actitud reservada, era analítico y con gran capacidad de síntesis; sus diagnósticos de certeza 

traducían seguridad y por sobre todo se percibía su gran humanismo. Era buen psicólogo, en los primeros minutos tenía en claro la personalidad del enfermo y el motivo que lo afligía.
En forma paralela a sus actividades médicas, realizaba tareas de docente, actividad para la que tenía especiales aptitudes y condiciones que las desarrollaba  junto a esos dos grandes maestros de la medicina argentina: el profesor Dr. José W. Tobías en la cátedra de Clínica Médica y el Profesor Dr. Enrique del Castillo en los cursos de post grado de la especialidad, que dictaba anualmente en el Hospital Rivadavia.
Como investigador fue un observador objetivo, sistemático, tenaz y perseverante, realizó numerosos trabajos, sólo o con investigadores de la talla de los docentes anteriormente citados y otros de reconocido prestigio en la medicina argentina que merecen recordarse tales como Rucco, del Buce, Trabuco, de Majo. En total realizó 32 publicaciones de revistas nacionales y extranjeras. Las comunicaciones en congresos, jornadas, reuniones científicas fueron numerosas, imposibles de detallar en este recordatorio. Realizó traducciones de libro de la especialidad y participó con otros autores en la redacción de libros de Endocrinología.
Con una sólida formación médica, después de ejercer la profesión durante 15 años en la ciudad de Buenos Aires, fue transferido en el año 1955 al Centro Sanitario de la Delegación Sanitaria Federal de la ciudad de Salta, en calidad de Jefe de Clínica y en 1957 como Delegado, cargo al que renunció en 1958.
En Salta comenzó la gran tarea que venía madurando en el transcurso de su formación profesional: la creación y organización del Instituto del Bocio. Su objetivo era controlar la endemia Bocio Cretínica que afectaba a gran parte de la población de la región pre-cordillerana argentina, muy especialmente el NOA. Las encuestas realizadas en la provincia de Salta ponía de manifiesto una prevalencia del 41% en los niños es edad escolar, en tanto en el valle de Lerma la misma ascendía al 100% de los niños. El Cretinismo era frecuente, no había pueblo o localidad que no contara con algún célebre representante. Esta endemia afectaba el potencial psico-intelectual y desde luego la capacidad de desarrollo económico-social de cuan extensa región argentina.
En esta empresa se pusieron de manifiesto su enorme capacidad de organización y conducción para llevar adelante esta tarea, que requería de sólidos conocimientos médicos, férrea voluntad, constancia, idealismo y dedicación.
Con ese capital emprende la tarea de poner en marcha el proyecto de creación del Instituto del Bocio,
más tarde de Endocrinología. Su habilidad y diplomacia hacen que del mismo participen el Gobierno de la Provincia, la Universidad de Tucumán, el Ministerio de Salud Pública de la Nación y la Cooperadora Asistencial del Instituto.
Contó con la colaboración generosa de los comerciantes, empresarios del medio y la población en general. Supo despertar confianza en sus emprendimientos  ya que no defraudó nunca, cumpliendo con las expectativas creadas.
El Instituto del Bocio, que funcionó en un primer tiempo en un ala del Policlínico Regional San Bernardo, fue inaugurado oficialmente el 19 de febrero de 1958, y previo concurso de títulos, antecedentes y trabajos, se nombró al Dr. Arturo Oñativia como su director. En el aspecto docente concretó la firma de un convenio con la Universidad de Tucumán, con la que desarrolló una intensa actividad científica, de investigación y de formación de recursos humanos, ocupando en octubre de 1960 el cargo de Director del Instituto en la Facultad de Medicina de Tucumán.
Cabe señalar que este cargo de Director al que accedió el Dr. Oñativia, fue concursado ante tribunales de esa Universidad. Los principales cargos de jefatura fueron cubiertos por el mismo método. En realidad fueron dos los Institutos de Endocrinología que funcionaban juntos, en el mismo edificio, con el mismo director e idénticos profesionales médicos: uno, provincial, se ocupaba de la profilaxis y de la asistencia social de la comunidad y de la atención médico quirúrgica de los enfermos de la endemia bocio-cretínica; el otro, universitario, se dedicaba a la docencia y a la investigación de dicho padecimiento.
En la institución se realizaba anualmente un curso de post-grado en Endocrinología, a los que asistían alumnos del último año de la carrera de Medicina.
El Instituto fue modelo de organización hospitalaria en la atención de pacientes, en la producción científica y en la capacitación personal. La actividad docente al lado de la cama del paciente y en Ateneos Anátomos Clínicos semanales fueron alguna de las modalidades de la enseñanza. La interrelación con otras instituciones del país y del extranjero facilitaron mediante becas la formación y/o actualización de los profesionales, llevando a la institución brindar una atención de alta calidad y excelencia, reconocida no solamente en el país. Su prestigio trascendió las fronteras. De numerosos países vecinos se trasladaban los pacientes para su diagnóstico y tratamiento. Por otra parte nunca perdió su orientación comunitaria y el enfoque epidemiológico de la endemia. Se realizaron numerosas encuestas de Bocio en escolares para determinar la prevalencia y evaluar la situación.
En resumen un Centro Médico de Alta Complejidad que realizó una labor médica, científica y de investigación clínica y epidemiológica de alta eficacia. Logró controlar la endemia Bocio Cretínica, traduciendo en obras la tan mentada transferencia a la comunidad. Se distinguió por su labor docente y de investigación para prestigio de la provincia y del país. Las transformaciones materiales que se han producido desde entonces, fueron un reto a enfrentar por los equipos de dirección de la Institución en el camino de su mejora.
 Militó activamente en la política desde las filas de la Unión Cívica Radical, ocupando importantes cargos directivos, inclusive la Presidencia de la misma en la agrupación de Salta; siendo además postulado a distintos cargos electivos y, al de Gobernador. En esas elecciones de 1962 no aceptó la designación de Senador Nacional con que había resuelto ungirlo la Legislatura Provincial; pero, en octubre de 1963, el Presidente de la Nación, Dr. Arturo Umberto Illia, en mérito a sus antecedentes profesionales, lo llama a colaborar en su gabinete de gobierno desde el cargo de Ministro de Asistencia Social y Salud Pública de la Nación.
Como Ministro completó su tarea en lo que hace a la prevención del Bocio Endémico, con la Ley Nacional de Iodación de la Sal de Consumo Doméstico que logró prácticamente la erradicación de la endemia bociosa. Con esta ley, se reglamentó el enriquecimiento de la sal con yodo para uso alimentario humano y animal. Esta ley se fundamentó en estudios realizados en diferentes provincias, como Catamarca, Chaco, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, San Juan, San Luis, Salta, Tucumán y Tierra del Fuego, en las que el índice de bocio oscilaba entre el 12 y el 50 por ciento. También se consideró el uso de sal enriquecida para la alimentación animal, ya que al tener la carne un muy alto consumo en nuestro país, era bueno que la sal enriquecida llegar al ser humano a través de esa vía. Además, se detectó que en el ganado lanar, vacuno y porcino, la carencia de yodo alteraba su reproducción y su pelaje, acarreando consecuencias adversas incluso desde el punto de vista económico. Con esto dio cabal cumplimiento a los objetivos que se propuso lograr en ese campo.
Su gestión al frente del Ministerio Nacional se caracterizó por la intensa actividad realizada para el desarrollo de la salud Pública, entre las mismas merecen citarse:
  • La reforma del Sistema Hospitalario Nacional tal como Ley de Hospitales de Comunidad. En ese régimen funcionaron los Hospitales Nacionales de Gonet y de Mar del Plata que fueron un ejemplo de organización hasta mucho después de su gestión.
  • La creación del Servicio Nacional de Agua Potable destinado a la provisión de este elemento vital a las comunidades rurales.
  • La Ley de medicamentos (Ley Oñativia) de 1964, restableció una política de precios y de control de medicamentos y receta según medicamento genérico, fijaba límites para los gastos de publicidad, y a los pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos. Esta ley, calificada de comunista por los sectores militares y las grandes empresas extranjeras, tuvo un peso decisivo en el proceso que culminaría con el Golpe militar que derrocó al gobierno democrático de Illia el 28 de junio de 1966. Una de las primeras medidas de los golpistas fue la anulación de esta Ley.
  • La escuela de Salud Pública de la Universidad de Buenos Aires recibió un fuerte impulso durante su gestión lo que la consolidó y permitió la formación de toda una generación de Sanitaristas argentinos y extranjeros.
Su tarea como Ministro de la Nación fue amplia, extensa y profunda, respetada por sus adversarios políticos.
De regreso a Salta lo hizo en la pobreza.
Bajo la dictadura, fue dejado cesante en el Instituto del Bocio. Pero no se detuvo: dirigió su atención a la grave desnutrición infantil que asolaba el Noroeste y era causa importante de morbimortalidad infantil, asociada con la infección.
Creó el Instituto de Investigación en Enfermedades Nutricionales, la carrera de Licenciatura en Nutrición, y la de Enfermería Universitaria.
Si bien tenía el apoyo de la Universidad de Salta y de la OPS, este valioso proyecto se interrumpió por falta de apoyo estatal.
Nunca abandonó la docencia, que ejerció a la par de sus notables estudios clínicos y epidemiológicos.
El doctor Arturo Oñativia, a pesar de todos los avatares, disfrutó de un gran reconocimiento por parte de la comunidad científica y de la población en general. Recibió innumerables premios, como el otorgado por la Sociedad de Medicina Interna de Buenos Aires al mejor trabajo científico realizado en 1954. Obtuvo el Premio Mariano Castex entregado por la Academia Nacional de Medicina en 1970, el Premio Essex de la Sociedad Argentina de Progresos en Medicina Interna en 1975, el Premio al Mérito Distinguido del Círculo Médico de Salta en 1984, la Medalla de Oro otorgada por el Servicio Nacional de Agua Potable(SNAP) al cumplirse los veinte años de su creación. También la Fundación Konex le entregó en diploma de Honor y el Konex de platino en 1983, en la especialidad de bromatología.
Fue miembro de la Academia de Medicina de Córdoba y de la Academia Nacional de Medicina.
En 1983 cuando se aprestaba a competir en las elecciones de octubre como candidato a gobernador por Salta, cayó abatido por su enfermedad. Falleció el 1 de abril de 1985.

* Fuente: Storani, ME. Doctor Arturo Oñativia.

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LEY 7522

Esta Ley se sancionó el día 18 de Septiembre de 2008.

Fue publicada en el Boletín Oficial de Salta Nº 17972, el día 17 de Octubre de 2008.

PROMULGADA POR DECRETO Nº 4456 DEL 09/10/2008/ –

 

ESTABLECE EL DÍA 16 DE ABRIL COMO EL “DÍA DEL MÉDICO SALTEÑO”, EN CONMEMORACIÓN DEL NATALICIO DEL DR. ARTURO OÑATIVIA.

Ref.: Expte. Nº 91 – 19.844/08

El Senado y la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta, sancionan con fuerza de LEY: Artículo 1º.- Establécese como el “Día del Médico Salteño”, el 16 de abril de cada año, en conmemoración del natalicio del Dr. Arturo Oñativia. Artículo 2º.- Comuníquese al poder Ejecutivo. Dada en la sala de sesiones de la legislatura de la Provincia de Salta, a los dieciocho días del mes de setiembre del año dos mil ocho. Salta, 9 de Octubre de 2008. DECRETO Nº 4456 Ministerio de Salud Pública Expediente Nº 91-19.844/08 Referente. Por ello, El Gobernador de la Provincia de Salta, DECRETA: Artículo 1º.- Téngase por Ley de la provincia Nº 7522, cúmplase, comuníquese, publíquese, insértese en el Registro Oficial de Leyes y archívese.

URTUBEY – Querio – Samson

Firmantes: Godoy – Lapad – Corregidor – López Mirau

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